"¿Sabe usted cómo escribo yo mis cuentos? -le dijo a Korolenko, el periodista y narrador radical, cuando acababan de conocerse- Así." Echó una ojeada a la mesa -cuenta Korolenko- tomó el primer objeto que encontró, que resultó ser un cenicero, y poniéndomelo delante dijo: " Si usted quiere mañana tendrá un cuento. Se llamará El cenicero."Y en aquel mismo instante le pareció a Korolenko que aquel cenicero estaba experimentando una transformación mágica: "Ciertas situaciones indefinidas, aventuras que aún no habían hallado una forma concreta, estaban empezando a cristalizar en torno al cenicero". V.NABOKOV/"Chéjov"


"¿Has visto alguna vez un montaje realmente hermoso de, digamos, "El jardín de los cerezos"? No me digas que sí. Nadie lo ha visto. Puede que hayas visto "montajes inspirados, montajes eficaces", pero nunca algo hermoso. Nunca una versión en la cual todos los que salen al escenario estén a la altura del talento de Chéjov, matiz por matiz, carácter por carácter."-J.D.Salinger

Letras Libres: 17 enero 2020 ***Feliz cumpleaños,Anton Chéjov

sábado, 24 de abril de 2010

Hilos Cortados,/Babelia, 24-4-10

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Hilos cortados
ANTONIO MUÑOZ MOLINA 24/04/2010



A pesar del ligero temblor y de la torpeza que ha ido adquiriendo su mano derecha con el paso de los años Ernest Michel todavía conserva una letra excelente. La usa para escribir despacio y con claridad, sobre cartulinas rayadas, palabras clave que le servirán para despertar recuerdos, o para asegurarse de que la mente no se le queda en blanco inesperadamente, delante de un público que atiende en un silencio sobrecogido a su historia. A los 86 años, Ernest Michel continúa viajando a casi cualquier parte donde lo llaman para dar testimonio sobre sus años de cautiverio en Auschwitz, pero se ha dado cuenta de que la memoria se le está debilitando, igual que la calidad de su caligrafía. Puede revivir sin ninguna dificultad escenas sucedidas en el campo de exterminio hace más de sesenta años, recordar palabras, conversaciones enteras, pero en la memoria del presente se le abren cada vez más espacios en blanco. En vez de la tentación de capitular lo que siente es una urgencia todavía más acusada de seguir contando, y por ese motivo escribe cosas en las fichas de cartulina y las lleva consigo, para asegurarse de que el olvido de lo más próximo no le borra el acceso a tantos recuerdos exactos y lejanos. 

Y el mismo acto de escribir es ya una invocación, porque fue la caligrafía lo que le permitió sobrevivir a Ernest Michel: agotado, enfermo, muy cerca de la muerte, levantó el brazo cuando en una formación alguien solicitó un voluntario que tuviera buena letra. Él la tenía excelente: se había adiestrado como calígrafo antes de la guerra. Lo destinaron a la enfermería, a redactar certificados de defunción y listas de los prisioneros que eran enviados a las cámaras de gas. Trabajar sin mucho esfuerzo físico bajo techado y no a la intemperie del campo multiplicaba la posibilidad de sobrevivir, explicó Primo Levi. Copiando con su letra impecable los nombres de los muertos Ernest Michel se salvó de ser uno de ellos: ahora escribe todavía, cada vez más despacio, la letra agrandada y más bien torpe, y el hilo de la tinta es tan obstinado y tan frágil como el del recuerdo, y no tardará mucho en quedar interrumpido.


Lo ha dicho Jorge Semprún, en su discurso de hace unas semanas en la explanada invernal de Büchenwald, donde el viento frío agitaba las banderas y los mechones blancos de los últimos prisioneros, 65 años después de la liberación del campo: uno por uno los testigos se extinguen, y dentro de poco la tarea del recuerdo corresponderá a otra generación. No es la primera vez que Semprún reflexiona en público sobre ese tránsito de la memoria viva a la gradual vaguedad y abstracción de lo histórico, pero sí la primera vez que lo expresa con tan desolada inmediatez, en primera persona: dentro de cinco años, dice, cuando se repita esa ceremonia, él ya no estará.

Semprún confía en los escritores de ficción como depositarios de ese legado de recuerdos. Yo no estoy seguro de que la ficción tenga mucha utilidad a la hora de mantener presente lo que no debe olvidarse. Por respeto al sufrimiento de tantos millones de seres humanos, la libertad de inventar ha de estar separada por una frontera bien visible de las narraciones rigurosas de lo sucedido. Y en un mundo en el que hay tan poco espacio público para el conocimiento de los hechos históricos, tan poca idea del lugar relativo del presente en una secuencia temporal muy anterior a nuestras vidas, la ficción puede servir sobre todo para banalizar y sentimentalizar el espanto, para hacerlo digerible y al mismo tiempo confinarlo en una distancia tranquilizadora, "de época".

No hay ficción que esté a la altura del fulgor seco de los hechos. No hay ninguna necesidad de inventar cuando todavía queda tanto por saber, y sólo el conocimiento lo más exacto posible concede alguna medida de restitución. El que ha vivido cuenta lo que ha visto. A quienes escuchan les corresponde la tarea de prestar atención y aprender lo más posible, para que el olvido no pueda absolver a los verdugos. Yo pienso con remordimiento en tantas personas de las que pude haber aprendido y a las que no pregunté, por descuido, por indiferencia, por creer que estarían siempre disponibles. Cuánto pudimos y debimos preguntar cuando aún había tiempo, cuando estaban lúcidas y en plenitud de facultades personas que habían vivido la República, la guerra, la Resistencia en Francia, los campos de concentración alemanes, la negra posguerra española: cuántas historias como las que no ha dejado nunca de contar Ernest Michel nos hemos perdido. Leyendo su testimonio me he acordado de mi amigo Antonio Colino, que tenía más de noventa años cuando me cité con él una tarde para que me contara sus recuerdos de la guerra en Madrid. Sacó del bolsillo una hoja cuadriculada en la que había apuntado las cosas que no quería que se le olvidaran. Pero el hilo se había vuelto borroso, y muy poco después se cortó para siempre.

Gracias a la mediación de William Chislett acabo de descubrir un yacimiento de memoria del que no tenía ninguna noticia, que se ha abierto delante de mí como un país entero hecho de negrura: sabemos bastante de las vidas de los republicanos españoles en los campos de concentración alemanes, pero yo no tenía ni idea sobre los que acabaron en los campos soviéticos. Chislett, buscador de libros sin sosiego, me ha dado noticia de un trabajo de investigación doctoral de Luiza Iordache, Republicanos españoles en el Gulag (1939-1956), publicado hace dos años por el Institut de Ciències Politiques i Socials de Barcelona. La historia despierta más angustia al comprender el poco caso que se les ha hecho a los testigos y la rapidez con la que uno por uno se estarán extinguiendo. Jóvenes aviadores republicanos que a principios de abril de 1939 estaban terminando sus cursos de pilotos en la URSS y ya no pudieron salir del país; marineros de buques mercantes que habían llevado armas y suministros a la España republicana y se quedaron atrapados en el puerto de Odessa al final de la guerra; niños en edad escolar enviados a la URSS, extraviados en la guerra y la miseria, condenados a trabajos forzados en los campos más crueles de más allá del Círculo Polar Ártico; militantes comunistas que al llegar a lo que habían imaginado como un gran paraíso se encontraron en el interior de una cárcel. Querer marcharse de la URSS ya era de antemano un delito: entre los documentos pavorosos que ha rescatado Luiza Iordache están las pruebas de la saña inquisitorial con que los dirigentes del Partido Comunista Español en Moscú persiguieron a los compatriotas o ex camaradas que se atrevieron a manifestar alguna forma de disidencia. El libro de Iordache está lleno de listas de nombres que yo no había escuchado nunca, de libros de memorias publicados o inéditos de los que yo no tenía noticia. Una vez que el hilo se corta ya no hay manera de repararlo. Algunas formas extremas de olvido no serían posibles sin una especie de conspiración colectiva.

Republicanos españoles en el Gulag (1939-1956). Luiza Iordache. Institut de Ciències Politiques i Socials. Barcelona, 2007. 142 páginas. 15 euros. Promises to Keep. One Man's Journey Against Incredible Odds. Ernest W. Michel. Barricade Books, 2008. 320 páginas.
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jueves, 15 de abril de 2010

ÓSCAR HAHN & Fra Angelico


Giovanni da Fiesole (h1400-1455), monje dominico conocido como Fra Angelico; así le llamó Vasari, por el misticismo de su pintura religiosa. Aunque partía del gótico internacional con su profusión de oros y colores brillantes, fue consciente de los problemas plásticos de su tiempo, utilizando la nueva concepción del espacio y la nueva arquitectura como fondo para integrar las escenas en un luminoso colorido en el que resplandecían los azules. Orilló la secularización total del arte a la que tendían las nuevas corrientes clasicistas, manteniéndose fiel a las doctrinas sobre estética que uno de los miembros más destacados de la Orden a la que pertenecía,Santo Tomás de Aquino, mantuvo en el siglo XIII.

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Fra Angelico,Anunciación,h.1430-32, temple/tabla,194 x 194 cm. Museo del Prado. Madrid.
[Para  percibir mejor lo que ha inspirado  la certera mirada del poeta en la segunda estrofa del poema]


ÓSCAR HAHN, (Iquique, Chile, 1938), es uno de los grandes  poetas contemporáneos en español, de la orilla americana.


"LA ANUNCIACIÓN"
SEGÚN FRA ANGÉLICO (S.XV)


La Virgen de rosado en una esquina
con manto azul: un pájaro se eleva
Un ángel de oro y rosa el cuerpo inclina
y le da con unción la buena nueva

Desde lo Alto un haz de luz divina
que en el extremo una paloma lleva
el vientre de la Virgen ilumina

cayendo oblicuamente

Adán y Eva
al destierro caminan entre flores

Con mano alada son iluminados
íconos de la Virgen en colores
azules, rosas, verdes y dorados

Preñó a la Virgen una luz divina
y a toda la pintura florentina













"un pájaro se eleva"
(el poeta percibe lo casi  oculto para los otros que  lo ven cuando él lo señala)



Más poemas del poeta chileno:
Miles Davis


Óscar Hahn, Archivo expiatorio, Visor de Poesía.

domingo, 11 de abril de 2010

PHILIPPE GAULIER/ Curso de Clown

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El maestro de interpretación experimental Philippe Gaulier (París, 1943)  está en España para dar a conocer de cerca, a 45 alumnos, sus teorías y prácticas interpretativas.  "Curso de Clown" va a tratar de arte y vida, de la importancia de imaginar para vivir y de  la relación imaginación-verdad en arte.
En  la entrevista de  El Cultural ,9/4/10. sorprenden sus opiniones, tan distantes de los eufemismos anestesiantes  que imponen continuamente  lo políticamente correcto.  

[...]
P-También va a presentar su último libro, La Torturadora (Editions Filmiko), en él habla del arte como un artificio, ¿no?
- No, no hablo del arte como artificio, sino del teatro que no sabría existir sin artificio. Un ramo de flores es hermoso porque las flores son finas, ligeras, de colores que nunca se pueden igualar y sus fragancias nos embriagan delicadamente. Un ramo de flores de plástico sobre la escena es un artificio; un bello artificio que hace soñar que podría ser verdadero. Es bello porque de estos juegos y estos engaños la imaginación se abre de par en par. La verdad no ayuda a imaginar. Un embuste bien orquestado es más excitante que la cruda verdad.[...]
P-¿Podemos hablar de un Método Teatral Gaulier? ¿Qué opina de los métodos de interpretación?
-Sí que podemos hablar. La base del método: cuando es verdadero es aburrido.La verdad mata el placer de imaginar.
-¿Y qué virtudes debe reunir un actor?
-Humor, generosidad, ternura, placer, amor por la burla.
P-¿Y qué debe evitar durante su formación?
-Las teorías gilipollas. Es el placer que dirige la danza. El placer de contar una bella historia ayuda mucho: reír y llorar.Un drama personal no ayuda a actuar. Vended placer y guardad vuestras penas en vuestro corazón.[...]
P-¿Cuándo va al teatro, ¿qué es lo que más valora y lo que menos soporta?
-La ligereza, el humor. ¿Lo que no soporto? el imbécil que quiere decir más que mi imaginación, que exige dirigir mi máquina de soñar.
P-Habla al comienzo de su libro de la relación entre las corridas de toros y la tragedia griega. ¿Qué les diría a los que claman por su prohibición?
- Cuando enseñaba en Sevilla, iba en Semana Santa a las corridas de toros. Era fascinante. Un día se olvidará la barbarie de la tragedia griega, de la Biblia, de la tauromaquia...Un día el hombre habrá limpiado las huellas de su salvajismo. Un día los bienpensantes ganarán. Ese día será el de la desolación./LIZ PERALES.

John ASHBERY: Autorretrato en espejo convexo...

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John ASHEBERY, (Rochester, New York, 1927) admirado y premiado por su poesía innovadora. Self-Portrait Convex Mirror (1975) obtuvo ese año los tres premios de mayor prestigio para poesía en Estados Unidos:el Pulitzer, el National Book y el National Book Critics Circle Award.
PARMIGIANINO (1503-1540) el pintor italiano nacido en Parma pertenece al Manierismo, el estilo que siguió en el tiempo al Renacimiento para contradecirle con su anticlasicismo;transgrede el principio de belleza basado en la medida, la proporción y la armonía,y en la imitación de los modelos de la Antigüedad y la Naturaleza, buscando lo sorprendente y lo refinado como en  este inusual  autorretrato cuya mano en primer plano y la convexidad del espejo distorsionan las proporciones y el espacio y que en contraste con el refinamiento exagerado  con que han sido tratadas las distintas texturas crean una sensación de tensión y extrañeza.
Parmigianino, Autorretrato en espejo convexo,h1524,ól/tabla, 24,4, cm diám. Viena.



AUTORRETRATO EN ESPEJO CONVEXO

Como hizo el Parmigianino,la mano derecha
mayor que la cabeza,tendida hacia el que mira,
retirándose con suavidad, como queriendo proteger
aquello que revela. Unos vidrios emplomados, vigas viejas,
forro de piel, muselina plisada, un anillo de coral
se acompasan en un vértigo donde descansa el rostro,
que va y viene flotando, como la mano,
pero que está en reposo.Es lo que queda
recluido.Dice Vasari:"Francesco se dispuso un día
a hacer su autorretrato, para lo cual se contempló
en un espejo convexo, como el que usan los barberos...
De este modo pidió que un tornero le hiciese
un globo de madera, y tras dividirlo en dos partes
y reducirlo al tamaño de un espejo, se dispuso
con mucho arte a copiar lo que veía en el cristal".
Principalmnete su reflejo , del que el retrato
es el reflejo cuando se ha apartado.
El cristal decidió reflejar sólo lo que él veía
lo cual bastó a su propósito: su imagen
vidriosa, embalsamada, proyectada en un ángulo
de 180 grados.
La hora del día o la densidad de la luz
que se adhiere a su rostro lo mantienen
alerta, intacto, en un gesto recurrente
de llegada. El alma se instala.[...]




SELF-PORTRAIT IN A CONVEX MIRROR

As Parmigianino did it, the right hand
Bigger than the head, thrust at the viewer
And swerving easily away, as though to protect
What it advertises. A few leaded panes, old beams,
Fur, pleated muslin, a coral ring run together
In a moviment supportng the face, which swims,
Toward and away like the hand
Except that it is in repose. It is what is
Sequestered. Vasari says, "Francesco onc day set himself
To take his own portrait, looking at himself for
that purpose
In a convex mirror, such as is used by barbers...
He according caused a ball of wood to be made
By a turner, and having divided it in half and/
Brought it to the size of the mirror, he set himself
With great art to copy all that he saw in the glass,"
Chiefly his reflection, of which the portrait
Is the reflection, once removed.
The glass chose to reflect only what he saw
Which was enough for his purpose: his image
Glazed, embalmed, projected at 180-degree angle.
The time of day or the density of the light
Adhering to the face keeps it
Lively and intact in a recurring wave
Of arrival. The sould establishes itself.[...]

John Ashbery, Autorretrato en espejo convexo, deuvede poesía.

viernes, 9 de abril de 2010

Rafael Cadenas, Barquisimeto, Venezuela, 1930/ Prosas y versos

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"ME CAUTIVA EL LENGUAJE de los místicos, desde luego, el de los españoles. Tienen el don de acuñar expresiones indelebles para comunicarnos un saber, que es más bien, en última instancia, un no saber. La prosa de San Juan de la Cruz, más poeta que Santa Teresa, no tan buen prosista como ella, está llena de frases insustitubles. De ambos y hasta del escueto Molinos suelo copiar las que más me gustan, aunque ellos no escribieron para deleitarnos lingüísticamente. ¿Es ésta una deformación de alguien que degusta el idioma, lo bien dicho, la expresión como troquelada para siempre? Tal vez; ellos se prohibían tanto que no sé si disfrutaban del inofensivo placer de sus prodigios verbales. Los lectores sí los gozan y saben que los decires de los místicos, no sólo por su belleza formal, sino por hondos, los acompañarán siempre". rafael cadenas
















ATENCIÓN

PERCIBIR
afuera,
adentro,
en vaivén,

volverse
registrador

-como si un desconocido
nos hubiera encargado
un informe-

es vivir
de amanuense asombrado.

rafael cadenas


La "Obra entera" de Rafael Cadenas, publicada por Colección la Cruz del Sur, de Editorial PRE-TEXTOS

jueves, 8 de abril de 2010

Maurizio Medo, Perú, 1965

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alicia y el espejo (2)

y ahora diminuta, enanizada, con la estatura
de media larva sin cabeza.
recuerdo, charles,
la grandeza
de la dimensión humana.


maurizio medo, perú, 1965

martes, 6 de abril de 2010

José Watanabe, "El Fósil"

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EL FÓSIL



LA vida en ti fue un pez de 20 centímetros
Tu remoto latido, hoy petrificado,
vive ahora en mi cuerpo
tan inverosímil como el tuyo.

Tú ya no puedes mirarte ni mirarme, no sabes

lo extraño que es ser pez u hombre.
Somos, te digo, inverosímiles, caprichos
de una madre delirante
que cuaja infinitas e insensatas formas en el mar
y la tierra.

El ruido alegre de los niños en el museo

que se empinan a mirar otros fósiles
interrumpe mi habitual pesimismo,
y me enternece:
después de todo, pescadito
tal vez alguna razón existe.




josé watanabe (Perú, 1945-2007)



más versos de josé watanabe: 

El poeta alado: El Pan 
Última Cena y Oración de Getsemaní 
Watanabe, Hokusai, Leonardo y Messiaen