Pessoa decía que la poesía surge de la admiración y la perplejidad y esas emociones se experimentan leyendo Pálido Fuego de Vladimir Nabokov.
Pálido Fuego, es un libro-artefacto donde conviven buena poesía y resplandeciente prosa; intriga y humor sutil; sátira delirante que hace reír abiertamente; juicios lúcidos e irónicos y poco convencionales. Con estos elementos el autor ha construido un laberinto literario que sorprende, apasiona y divierte.
Nabokov maneja la complejidad con la precisión y delicadeza con que debió manipular su colección de mariposas y mantiene con talento un equívoco juego de espejos y reflejos que atrapa al lector hasta el final.
En la página 272 el estrafalario Dr Kinbote - en una de las notas con que pretende "completar"el gran poema Pálido fuego del laureado poeta norteamericano John Shade- se refiere a Freud. En ese momento Charles Kinbote, como en algunas notas anteriores, parece ser el alter ego de Nabokov y expresar su pensamiento:
Nota, Verso 929: Freud
Al hurgarse la nariz a pesar de todas las órdenes de no hacerlo, o cuando el muchacho se pasa el tiempo metiendo el dedo en el ojal...el maestro analista sabe que el apetito del lujurioso no conoce límites en su fantasía. (Citado por el Profesor C. de la obra del Dr. Oskar Pfister, The Psychoanalytical Method, 1971, N.Y., p 79)
¿Esos payasos creen realmente en lo que enseñan?"El gorrito de terciopelo rojo en la versión alemana de Caperucita Roja es un símbolo de menstruación. (Citado por el Profesor C. de la obra de Erich Fromm, The Forgotten Language, 1951, N.Y.,p. 240)
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26.2.13 releyendo Habla, memoria, la autobiografía de Nabokov, Anagrama, 1986, p.20:
"He saqueado mis sueños más antiguos en pos de llaves y claves, y permítaseme que declare inmediatamente que rechazo por completo el vulgar, raído y en el fondo medieval mundo de Freud, con su chiflada búsqueda de símbolos sexuales (algo así como buscar acrósticos baconianos en obras de Shakespeare) y sus rencorosos y diminutos embriones espiando, desde sus escondrijos naturales, la vida amorosa de sus padres."5.3.13.,casi terminando, p.299:
"Naturalmente, ya sabemos lo que pensaba al respecto el Curandero Vienés. Dejaremos que él y los suyos sigan dándose codazos y empujones en su vagón de pensamiento de tercera, mientras viajan por el estado-policía del mito sexual (por cierto, qué gran error por parte de los dictadores el haber ignorado el psicoanálisis: ¡toda una generación hubiese podido ser fácilmente corrompida por ese procedimiento)
Vladimir Nabokov, Pálido Fuego, Anagrama, compactos,