El edificio religioso, -con pináculos y rosetón gótico,a la derecha-, parece la Sainte Chapelle construida en el s.XIII. Si fuera, la escena de siega sucedería a en pleno París,la corriente de agua sería el Sena y los campos segados la zona del actual Barrio Latino.
En 1946, -un año después de terminada la Segunda Guerra Mundial-, el escritor André Maurois, seudónimo de Emile Herzog de origen judío, estaba a punto de terminar su exilio en EE.UU. Había tenido que abandonar Francia, su país, tras la ocupación nazi. Es un día de junio, está en Nueva York ha ido al cine y escribe sobre la película en un Diario que ha ido llenando de pensamiento y afinadas percepciones y que con el paso del tiempo no ha perdido interés. Acaba de ver Enrique V película inglesa basada en la obra de Shakespeare y hace de ella un comentario breve y ajustado.
Enrique V, parece haber sido un encargo directo de Churchill a Laurence Olivier que la dirige y protagoniza. Rodarla ha supuesto un enorme esfuerzo económico, el metal es escaso y muy caro y las cotas de malla serán de lana gris; pero Inglaterra está en el cuarto año de guerra, las cosas no van bien,los inviernos han sido fríos, la comida poca...la historia de una batalla victoriosa y heroica como la de Azincourt -con apenas unos retoques oportunos-, elevará la moral, eso parece pensar sir Winston... Se rodó en Irlanda y los extras fueron soldados irlandeses.Para aumentar la expectación Laurence Olivier tuvo que firmar que no rodaría otra película en 18 meses y se le pagó una buena suma por ello.
Se realiza una adaptación en color, con actores, reconocidos; los decorados están basados en miniaturas medievales de belleza incomparable, -las que realizaron los hermanos Limbourg para el duque de Berry-que señala Maurois- y que a pesar de su acentuada estilización aportan un toque de época auténtico ya que son contemporáneas a los hechos históricos narrados, la primera mitad del s.XV.
La película fue estrenada en Londres el 12 de julio de 1944 en plena batalla de Normandía, según unas informaciones, en otras, el 22 noviembre del mismo año.
Maurois en el despacho delante de una fotografía de Balzac
20 DE JUNIO.- Vi anoche la película Enrique V. No he conocido en la pantalla nada más bello. Es una obra de arte inolvidable, indiscutible, no sólo por el genio de Shakespeare, sino por el director de escena. ¿Qué ha añadido a eso Laurence Olivier? Por de pronto, los alicientes escénicos, la presentación, el movimiento. Penetramos en el Londres de Shakespeare, descubrimos el teatro del Globo, erramos por el parterre entre bastidores. Por lenta y hábil transición, el film pasa de una representación dada, bajo la lluvia del escenario del Globo al plano histórico. Vivimos la obra de Shakespeare. Al fin, de nuevo estamos en el teatro, salimos de él y el film se encuentra entre dos visiones de Londres. Composición sencilla, clara y noble.
Segunda idea: los decorados estilizados hacen pensar en las tapicerías de Mille Fleurs, de Cluny, y sobre todo en las iluminaciones de las Grandes Horas del duque de Berry. La floresta de picas, los rostros rubicundos y apretados de los arqueros, evocan con tanta precisión las imágenes de libro, que causa asombro ver en movimiento personajes que parecen pintados. Los colores son de brillante vivacidad. La perfección de los fondos [decorados] duplica la del texto.
Tercera idea: ciertos largos monólogos de Shakespeare (el de Enrique V recorriendo su campo durante la noche, la víspera de la batalla de Azincourt) están tomados en la pantalla bajo la forma de discurso interior. Se oye una voz lejana , pero los labios del actor permanecen cerrados; no se expresa más que con los ojos. Laurence Olivier está admirable en esta escena. Por otra parte el efecto se logra enseguida y no es necesario repetirle.
Hollywood sería, sin profundas transformaciones, incapaz de semejante resultado. Falta allí el espíritu histórico, el respeto a los hechos y a los textos, el respeto del artista que allí se ve sometido al técnico y al empresario.
Simone me dice que Enrique V está actualmente prohibido en Francia por temor a que ciertas réplicas excesivamente duras ¡envenenen las relaciones franco-británicas! Sin embargo, se trata de Azincourt, batalla de cuatro siglos de antigüedad. La herida debiera estar cicatrizada.¡Pero quién sabe! ¡Los pueblos tienen tan larga memoria!...Simone ha oído decir a alguien:-"¡Enrique V ! ¡Imposible! Es un film de propaganda realista, sobre el conde de Chambord."
https://www.youtube.com/watch?v=SGnLKGOlldU&t=2317s
Hubiera sido mejor en versión original subtitulada, una copia menos deteriorada, pero...bastante mágico es poder atisbar, al menos, lo que escribe Maurois. También la traducción del texto es mejorable...pero la edición es antigua, una de las primeras que se hizo de Diario (Estados Unidos 1946) en español para Colección Austral