El Museo del Prado , hasta el 12 de junio,- expone la obra de Georges de la Tour, nacido en Lorena en 1593 y muerto, en plena gloria profesional, durante la epidemia de peste de 1652.
Lorena es una zona fronteriza agitada por vaivenes históricos vertiginosos .Desde el fin de la dominación romana pasó, sucesivamente, al control de los francos, al del Sacro Imperio Romano Germánico y en 1648 tras la Paz de Westfalia, a Francia.Después de la Guerra Franco Prusiana de 1870-71 fue alemana y al terminar la Primera Guerra Mundial volvió a ser francesa...
En vida de La Tour la región fue escenario de escaramuzas militares de la Guerra de los Treinta Años, a lo que hay que añadir la tensión social que creaba ser un enclave católico, rodeado de protestantes y un lugar donde no faltaron desastres epidemias y hambrunas..
Después de su muerte La Tour fue olvidado y durante tres siglos y medio sus pinturas se adjudicaron a distintos artistas barrocos, hasta que en 1915 fue redescubierto por un historiador del arte alemán y desde entonces su fama no ha dejado de crecer.
La compra de La buenaventura en 1960 por el Metropolitan de Nueva York fue un acontecimiento en el mundo del arte que contribuyó a difundir y revalorizar al artista . La actual exposición de Madrid es difícilmente repetible porque de las 40 obras, que le atribuyen los especialistas, el Prado ha logrado reunir 31 con la colaboración de museos de siete países, algo cada vez más difícil de conseguir por el riesgo que corren las obras y los altos precios de los seguros. Entre las obras expuestas están dos que pertenecen al propio museo: El zanfonista y San Jerónimo leyendo una carta.
Quedan por esclarecer muchos aspectos de la vida de Georges de La Tour, pero Jacques Thuillier, historiador del arte y comisario de la importante exposición monográfica de 1972 en París, dejó en sus publicaciones datos e interpretaciones de sumo interés.Se sabe que el pintor era hijo de un panadero y que recibió una cuidada educación, lo que no era habitual en su condición social, tal vez porque mostró pronto actitudes excepcionales.
En 1617 se casó con Diane Le Nerf, hija del tesorero del duque de Lorena, de familia noble. Pronto fue un pintor de éxito, sus pinturas alcanzaron precios elevados (600 y 700 francos y más), y llegó a enriquecerse y a imitar el tipo de vida de la nobleza : "amante de la caza, dueño de una jauría, a veces brutal con los campesinos, preservando duramente fortuna y privilegios en medio de un país que a partir de 1635 se ve cruelmente asolado por las guerras, las hambres y las epidemias", recuerda Thuillier en un retrato poco favorecedor. Antes de 1639 recibe el título de pintor ordinario del rey y se sabe que Luis XIII y el cardenal Richelieu poseían y apreciaban sus pinturas.
Su hijo Etienne, su colaborador desde 1646 , también obtuvo el título de pintor ordinario del rey (ya Luis XIV) en 1654. Consiguió cartas de ennoblecimiento y enriquecido y poderoso, en 1670, abandonó ( y difuminó con ello las huellas) un oficio considerado una forma de artesanía y por lo tanto plebeyo. Y Thillier señala : "eso explica sin duda en buena parte el olvido que pronto cayó sobre la obra de su padre" ;a lo que se podría añadir que en la Francia de Luis XIV, el Rey Sol, lo que triunfaba de modo oficial era la otra vertiente del barroco, el estilo clasicista representado por Nicolás Poussin.



1.-San Jerónimo penitente
2.-Santo Tomás
3.-Zanfonista. El Prado
4.-San Jerónimo lee una carta.El Prado
No se ha logrado aún establecer una cronología precisa de la obra. Lo único seguro, todo lo demás son suposiciones mejor o peor fundamentadas, es que las pinturas tuvieron que realizarse entre 1612 , -los dieciocho años, en que solía adquirirse la maestría en el sistema gremial para poder establecerse como pintor-, y su muerte en 1652.
La Tour transforma con marcada originalidad las tendencias de la época: el Manierismo tardío, refinado y extravagante se refleja en La buenaventura y El tahur; el naturalismo Barroco en pinturas de género de tipos populares y en temas religiosos en los que sigue la recomendación del Concilio de Trento de emplear el verismo descarnado en la represención de santos, martirios, la penitencia, la fe..., en San Jerónimo y Santo Tomás...
La influencia de Caravaggio, -su tenebrismo,- parece le llegó a través de los caravaggistas holandeses de la escuela de Utrecht que colocaban el foco de luz,( bugía, vela..), bien visible, no el foco de origen impreciso - más mental que físico- que empleaba Caravaggio


2.San José carpintero
3.-Dos de las cuatro magdalenas penitentes que se conservan.
Sus temas fueron religiosos y de género (escenas callejeras, pícaros, mendigos, músicos...). No pintó mitologías, ni retratos,ni paisajes, como otros grandes pintores de la época.
Junto a la tendencia a simplificar las formas en suave geometría que le hacen tan moderno, el cuadro es para él un mundo desnudo, sin anécdotas, decorados, arquitecturas, paisajes...Por eso cualquier detalle adquiere una rara intensidad en unas composiciones de audacia sorprendente conseguidas con medios aparentemente sencillos.
H.W.Janson dice de su San José carpintero:"podría tomarse por una escena costumbrista, y sin embrago su espíritu religioso tiene toda la fuerza de La vocación de San Mateo de Caravaggio. Jesús niño sostiene una vela -recurso favorito de La Tour- que iluminan la escena con intimidad y ternura." La mano de Cristo niño traspasada por la luz de la vela es un prodigio de virtuosismo, simbolismo y poesía.