"¿Sabe usted cómo escribo yo mis cuentos? -le dijo a Korolenko, el periodista y narrador radical, cuando acababan de conocerse- Así." Echó una ojeada a la mesa -cuenta Korolenko- tomó el primer objeto que encontró, que resultó ser un cenicero, y poniéndomelo delante dijo: " Si usted quiere mañana tendrá un cuento. Se llamará El cenicero."Y en aquel mismo instante le pareció a Korolenko que aquel cenicero estaba experimentando una transformación mágica: "Ciertas situaciones indefinidas, aventuras que aún no habían hallado una forma concreta, estaban empezando a cristalizar en torno al cenicero". V.NABOKOV/"Chéjov"


"¿Has visto alguna vez un montaje realmente hermoso de, digamos, "El jardín de los cerezos"? No me digas que sí. Nadie lo ha visto. Puede que hayas visto "montajes inspirados, montajes eficaces", pero nunca algo hermoso. Nunca una versión en la cual todos los que salen al escenario estén a la altura del talento de Chéjov, matiz por matiz, carácter por carácter."-J.D.Salinger

Letras Libres: 17 enero 2020 ***Feliz cumpleaños,Anton Chéjov

domingo, 23 de febrero de 2020

Rafael 500 años


El 6 de abril de 2020 hará 500 años que murió Rafael Sanzio a los 37 años. Había nacido en Urbino  otro  6 de abril de 1483. Tuvo una vida intensa de estudio, trabajo y éxitos y dejaba  una dilatada obra posible en tiempo tan corto por haber  contado con el taller que formó por consejo del Papa Julio II para atender encargos tan extensos como los frescos vaticanos. Giorgio Vasari no ahorra elogios en su semblanza: 
"...en Rafael resplandecían brillantemente todas las egregias virtudes del espíritu, acompañadas de tanta gracia, estudio,belleza, modestia y buenas costumbres, que habrían sido capaces de ocultar cualquier vicio y mancha, por vulgares y grandes que hubieran sido. Por lo que se puede asegurar que los que poseen las dotes de Rafael no son simples hombres, sino dioses mortales." 
Y en sus obras se hace evidente además del talento  una percepción privilegiada para reconocer y capturar lo más valioso en los artistas de vanguardia de su tiempo, sobre todo Leonardo y Miguel Ángel y para metabolizarlo y hacerlo fluir integrado en su propia corriente creativa.
Es considerado el artista que representa la plenitud del Alto Renacimiento y  su muerte se utiliza a menudo para dar el periodo por terminado.El especialista en Arte del Renacimiento André Chastel recuerda:
"...en las obras de madurez vibra una extraordinaria capacidad de simpatía por las diversas actitudes del sentimiento humano. Y ello le permitirá ser un retratista sin igual". A. Chastel, Arte y humanismo en Florencia en la época de Lorenzo el Magnífico 
Mientras Rafael -primero a las órdenes del Papa Julio II y luego a las de  León X, -pintaba  los frescos en las Estancias Vaticanas que glorificaban a la doctrina católica y a la Iglesia, sobre la Iglesia se hacían más evidentes cada vez las contradicciones entre la doctrina y la práctica. León X ,Giovanni de Medici, hijo de Lorenzo el Magnífico, culto, mundano y de gustos refinados y costosos, sería desencadenante inmediato del estallido de malestar  que  venía de lejos y llegaba a los últimos escándalos del papado que  condujeron  al Concilio de Constanza cien años antes. Ahora la predicación de las indulgencias para recaudar dinero  y continuar las obras  de San Pedro llevará finalmente a la Reforma Protestante. 
El  fraile agustino alemán, Lutero, denuncia en 1517 que las indulgencias porque suponen comprar el perdón, un bien espiritual  con dinero . El Papa y el Emperador (para Carlos V, y para Europa las consecuencias políticas van a ser también  graves ) le piden retractarse y al no hacerlo será excomulgado por Leon X en 1521. 
Para la Iglesia Católica el racionalismo y el humanismo renacentistas producirán efectos irreversibles al iluminar irreconciliables contradicciones entre las conductas y la doctrina cristiana. Lutero daría una vuelta copernicana al catolicismo  al establecer la Salvación por la fe, sin necesidad de las buenas obras, y el Libre Examen que le llevaría a traducir la Biblia del latín  al alemán para que cualquiera pudiera interpretarla con la sola ayuda de Dios. Este hecho le convierte en un protagonista importante  en la historia de la literatura alemana. 
Pero Rafael para entonces,  ya había sido sepultado en el Panteón de Agripa que   tanto admiraba, donde cada año le recuerdan algunos entre los millones que todavía se asombran en el increíble edificio.

 


 
Autoretrato de Rafael y retrato del autor de El Cortesano, Baltasar de Castiglione, junto a varios apuntes y dibujos.

"La Transfiguración" fue una de sus últimas obras. Un gran cuadro de altar que Giorgio Vasari  comenta y describe en "La Vidas" y Stendhal evoca al comienzo de su obra más autobiográfica, "La vida de Henry Brulard"
                   
                          RafaelLa Transfiguración, 1518-20, ól/tela, 405 x 278 cm., Vaticano 



1.-Giorgio Vasari, Las Vidas
          
"Para el cardenal y vicecanciller Julio de Medicis pintó una tabla de la Transfiguración de Cristo que tenía que enviar a Francia e hizo él mismo. Trabajando continuamente en ella, la concluyó a la perfección. En ella representó a Cristo transfigurado en el Monte Tabor, al pie del cual habían permanecido los once discípulos que lo esperaban.[...] 
Las figuras y las cabezas , aparte de su extraordinaria belleza, presentan novedad, variedad y hermosura, de tal forma que los artistas juzgan esta obra como la más celebrada, bella y divina de todas las que hizo. Quien quiera saber cómo se debe pintar un Cristo transfigurado en la divinidad, debe contemplar esta obra, donde lo representó sobre ese monte que emerge en medio de una atmósfera translúcida con Moisés y Elías, que iluminados por la claridad del esplendor, reviven en su luz..."                   

Giorgio Vasari, Las Vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiemposCátedra, (p.540)               



2.-Stendhal La vida de Henry Brulard :
              
CAPÍTULO I

ME ENCONTRABA esta mañana , 16 de octubre de 1832, en San Pietro in Montorio, sobre el monte Janículo de Roma. Hacía un sol magnífico. Un ligero viento apenas perceptible impulsaba algunas nubecillas blancas por encima del monte Albano. Un calor delicioso dimanaba del aire. Me sentía feliz de vivir. Distinguía con toda precisión Frascati y Castel-Gandolfo, que se hallan a cuatro leguas de aquí, la villa Aldobrandini, donde se encuentra aquel sublime fresco de Judith, pintado por Domenichino. Alcanzo a ver sin esfuerzo el muro blanco que marca las últimas reparaciones hechas por el príncipe Borghese, aquel mismo que conocí en Wagram, siendo él coronel de un regimiento de coraceros, justo el día en que mi amigo M. de Noue perdió una pierna en la batalla. Mucho más lejos, diviso la roca de Palestrina y la mansión blanca de Castel San Pietro, que antaño fuera su fortaleza. Por debajo del muro en que me apoyo, se yerguen los grandes naranjos del huerto de los capuchinos; se ven después del Tiber y el priorato de Malta, y un poco más lejos, a la derecha, el sepulcro de Cecilia Metella, San Pablo y la pirámide de Cestio. Frente a mí, descubro Santa María la Mayor y las esbeltas líneas del palacio Monte Cavallo. Ante mi vida se despliega toda la Roma antigua y moderna desde la antiquísima Via Apia, con las ruinas de sus tumbas y sus acueductos, hasta los magníficos jardines del Pincio, diseñados por los franceses.Este lugar es único en el mundo, me decía perdido en mis ensoñaciones,y, muy a pesar mío, la Roma antigua prevalecía sobre la moderna, y todos los  recuerdos de Tito Livio acudían a mi en tropel. Sobre el monte Albano, a la izquierda del convento, avistaba los prados de Aníbal. 
¡Qué magnífico espectáculo! Y es aquí donde la Transfiguración de Rafael fue admirada durante más de dos siglos  y medio. ¡Qué diferencia con la triste galería de mármol gris donde permanece enterrada hoy día, al fondo del Vaticano! ¡Y pensar que estuvo aquí esa obra maestra durante más de doscientos cincuenta años! ¡Doscientos cincuenta años!...Ah, dentro de tres meses cumpliré yo cincuenta. ¡Cómo es posible!1783, 1793, 1803, llevo la cuenta con los dedos...y 1833, cincuenta años en total. ¡Será posible! ¡Cincuenta! Voy a cumplir los cincuenta..."

         
 Stendhal, La vida de Henry Brulard,            Alfaguara,2004
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Rafael los años de Florencia

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