"¿Sabe usted cómo escribo yo mis cuentos? -le dijo a Korolenko, el periodista y narrador radical, cuando acababan de conocerse- Así." Echó una ojeada a la mesa -cuenta Korolenko- tomó el primer objeto que encontró, que resultó ser un cenicero, y poniéndomelo delante dijo: " Si usted quiere mañana tendrá un cuento. Se llamará El cenicero."Y en aquel mismo instante le pareció a Korolenko que aquel cenicero estaba experimentando una transformación mágica: "Ciertas situaciones indefinidas, aventuras que aún no habían hallado una forma concreta, estaban empezando a cristalizar en torno al cenicero". V.NABOKOV/"Chéjov"


"¿Has visto alguna vez un montaje realmente hermoso de, digamos, "El jardín de los cerezos"? No me digas que sí. Nadie lo ha visto. Puede que hayas visto "montajes inspirados, montajes eficaces", pero nunca algo hermoso. Nunca una versión en la cual todos los que salen al escenario estén a la altura del talento de Chéjov, matiz por matiz, carácter por carácter."-J.D.Salinger

Letras Libres: 17 enero 2020 ***Feliz cumpleaños,Anton Chéjov

martes, 5 de mayo de 2020

Anton Chéjov y Marianne Moore un mismo tema


                      
W.H.Auden cuenta cómo  la primera vez que leyó poemas de Marianne Moore pensó algo parecido  a "¿pero esta de qué va?" y  siguió leyendo los estrafalarios versos  porque le enganchó  el tono de voz  y  poco a poco fue descubriendo que los poemas  fulguraban como joyas de imaginación, visión  y lenguaje y entraron a formar parte de sus preferidos. "To a chameleon" es de 1959 una etapa ya de mantenida  madurez de la poeta. 


TO A CHAMELEON

Hid by the august foliage and fruit of the grape-vine

twine
your anatomy
round the pruned and polished stem,
Chameleon
Fire laid upon
an emerald as long as
the Dark King'massy
one,
could not snap the spectrum up for food as you have done.



A UN CAMALEÓN/ Oculto entre el augusto follaje y los frutos de la viña/ entretejes/ tu anatomía/ alrededor del mondo tallo pulido,/Camaleón./ Ni el fuego encendido/ sobre una esmeralda tan grande como/ aquella/ enorme del Rey Oscuro/podría arrebatar y devorar el espectro solar como tu has hecho.
Marianne Moore, 1959









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En cambio Antón Chéjov cuando escribe "El Camaleón" en 1884 tenía sólo 24 años y trataba de desaparecer firmando Chejonte. Acababa de terminar medicina y creía que ser médico era su verdadera vocación. Es verdad que desde los veinte años escribía pequeñas historias de cuya publicación y éxito dependía económicamente su familia, pero no lo consideraba nada serio y menos definitivo. Hasta que en 1886 el escritor Dimitri Grigórovich le hizo abrir los ojos mostrándole su admiración y señalándole la responsabilidad que tenía con el don que había recibido. Chéjov, prodigioso en todo. Faltan seis años para su extraordinario viaje a la isla de Sajalín y mucho menos para que con las nuevas experiencias, sumergiendose en la escritura se convierta en un maestro inigualable.


EL CAMALEÓN

El inspector de policía Ochumélov, con su capote nuevo y un paquete en la mano, atraviesa la plaza del mercado. Le sigue un agente pelirrojo con un tamiz lleno a rebosar de grosellas confiscadas. A su alrededor reina el silencio...En la plaza no hay ni un alma...Las puertas abiertas de tiendas y tabernas contemplan con tristeza este mundo de Dios, como bocas hambrientas; ni siquiera se ven mendigos a su lado.
- ¿Así que quieres morderme, maldito? -oye de pronto Ochumélov- ¡No lo dejéis escapar, muchachos! ¡Ahora está prohibido morder!¡Cogedlo! ¡Ah...! ¡Ah!

Se oye un aullido. Ochumélov vuelve la cabeza y ve un perro que, saltando sobre tres patas, se aleja corriendo del almacén de madera del comerciante Pichuguin, sin dejar de mirar a un lado y a otro. Lo persigue un hombre con camisa de percal almidonada y chaleco desabotonado que se lanza con el torso hacia adelante y, tras caer al suelo, atrapa al animal por las patas traseras. De nuevo se oye un aullido y un grito: "¡Qué no escape!". Algunas caras soñolientas se asoman desde las tiendas y en un abrir y cerrar de ojos, como salida de debajo de la tierra, una muchedumbre se agolpa delante del almacén de madera.
-¡Están alterando el orden,excelencia...!- dice el agente.

Ochumélov gira a la izquierda y se encamina al lugar de la reunión. Junto a la puerta del almacén ve cómo el hombre del chaleco desabotonado, mencionado más arriba, levanta la mano derecha y muestra a la concurrencia un dedo ensangrentado. En su rostro de borracho puede leerse: "¡Me las pagarás, granuja!", y el mismo dedo parece un signo de victoria. Ochumélov reconoce en ese hombre al orfebre Jriukin. En medio de la multitud, con las patas delanteras separadas y todo el cuerpo tembloroso, está sentado el responsable del escándalo, un cachorro de galgo blanco con el hocico afilado y una mancha amarilla en el lomo. Sus llorosos ojos expresan tristeza y pavor.
-¿Qué pasa aquí? -pregunta Ochumélov, abriéndose paso entre el gentío-. ¿Qué es esto? ¿Qué está haciendo con el dedo...?¿Quién ha gritado?

-Iba tranquilamente por la calle, excelencia, sin meterme con nadie...-empieza Jriukin, tosiendo en el puño-. Para tratar de la leña con Mitra Mitirch; de pronto, este canalla, sin razón alguna, me mordió el dedo...Perdóneme, pero soy un trabajador...Mi actividad requiere una gran minuciosidad. Quiero que me paguen, porque tal vez no pueda mover el dedo en una semana...En ninguna parte está escrito, excelencia, que haya que aguantar que estas bestias...Si todos se ponen a morder, más valdría no vivir en este mundo...
-¡Hum...!Está bien...-dice Ochumélov con aire severo, tosiendo y moviendo las cejas-. Está bien...¿De quién es este perro? Las cosas no van a quedar así.¿Os voy a enseñar a dejar sueltos a los perros! ¿Ya es hora de ocuparse de esos señores que no quieren respetar las ordenanzas! ¡Cuando le haya puesto una multa a ese miserable sabrá lo que significa dejar en plena calle a un perro o cualquier otro animal! ¡Se va a enterar de quién soy yo...!¡Yeldirin!- dijo , dirigiéndose al agente-. ¡Encuentra al propietario de este perro y levanta el atestado! ¡Y al perro hay que sacrificarlo! ¡Ahora mismo! Seguro que tiene rabia...¿De quién es este perro? ¿Es que no me oís?

-¡Me parece que es del general Zhigálov! -grita alguien entre la multitud.
-¿Del general Zhigálov? Hum...Ayúdame a quitarme el capote, Yeldirin...¡Hace un calor insoportable! Seguro que va a llover...Solo hay una cosa que no entiendo: ¿cómo ha podido morderte? -dice dirigiéndose a Jriukin-. ¿Acaso puede llegarte al dedo?¡con lo pequeño que es y el corpachón que tu tienes! Seguro que te has arañado el dedo con un clavo y luego se te ha ocurrido la idea de sacar provecho. ¡Te ...conozco muy bien! ¡Os tengo muy calados a todos, demonios!
-Le ha puesto un cigarrillo en el hocico para divertirse, excelencia, y el perro, que no es tonto, le ha mordido...¡Siempre está armando líos excelencia!
-¡Mientes, tuerto del demonio! No has visto nada, así que ¿por qué mientes? Su excelencia es un hombre inteligente y sabe quién miente y quién habla en conciencia, como delante de Dios...Si miento, que sea el juez de paz quien lo diga. En sus leyes está escrito...Hoy día todos somos iguales...Un hermano mío es gendarme...por si quieren saberlo...
-¡Nada de comentarios!
-No, no es del general...-observa el agente, sumido en profunda meditación-.El general no tiene perros así. Casi todos los suyos son perros de muestra...
-¿Estás seguro?
-Completamente, excelencia...
-Ya lo sabía. El general tiene perros caros, de raza, mientras que este...¡el diablo sabe lo qué es! No tiene pelo, nin prestancia...Es una birria...¿Cómo va a tener un perro así? ¿Dónde tenéis la cabeza?Si un perro como este apareciera en San Petersburgo o Moscú, ¡sabéis lo que pasaría? ¡No se pararían a ver lo que dice la ley, sino que lo matarían de inmediato! Tú has resultado herido, Jriukin y no debes dejar que este asunto acabe así...¡Hay que darle una lección! Ya es hora...

-Aunque es posible que sea del general...-piensa en voz alta el agente-. No es algo que se lleve escrito en el hocico...El otro día vi uno parecido en su patio.
-¡Es del general, no cabe duda! -dice alguien entre la multitud.
-Hum...Ayúdame a ponerme el capote, amigo Yeldirin...Se ha levantado algo de viento...Tengo escalofríos...Llévalo a casa del general y pregunta si es suyo. Diles que lo he encontrado y que se lo envío...Y añade que no lo dejen suelto por la calle...Puede que sea un perro caro y, si algún cualquier cerdo le pone un cigarrillo en el hocico, no tardará mucho en echarse a perder. Un perro es un animal delicado...¡Y tú, granuja, baja el brazo! ¡No hay razón imbécil, para que enseñes el dedo!¡La culpa la tienes tú!

- Por ahí viene el cocinero del general. Vamos a preguntarle...¡Eh, Prójor! ¡Ven aquí un momento, amigo! Échale un vistazo a este perro...¡Es vuestro?
-¡Qué dices! ¡Jamás hemos tenido un perro así!
-Bueno, ya no hay necesidad de seguir preguntando -dice Ochumélov-.¡Es un perro vagabundo! No tiene sentido seguir dándole vueltas al asunto...Si digo que es un perro vagabundo, es que es un perro vagabundo...Hay que acabar con él, eso es todo.
-No es nuestro -continúa Prójor-. Es del hermano del general, que ha llegado hace unos días. Al general no le gustan los galgos. Es de su hermano...
-¿Ha llegado el hermano del general? ¿Vladimir Ivánich? -pregunta Ochumélov y una afectuosa sonrisa ilumina todo su rostro-. ¡Vaya por Dios! ¡Y yo sin saber nada! ¿Ha venido de visita?
-Así es...
-Vaya por Dios...Echaba de menos a su hermanito...¡Y yo sin saberlo! ¿Así que ese perro es suyo? Estupendo...Cógelo...Menudo ejemplar...Es muy vivaracho...¡Le ha dado un mordisco en el dedo a ese! ¿Ja,ja, ja! Bueno, ¿por qué tiemblas? Rrr...rr...Está enfadado el muy bribón...Qué cachorro más bonito...

Prójor llama al perro y se aleja con él del almacén de madera...El gentío se ríe a carcajadas de Jriukin.
-¡Todavía tengo que ajustar cuentas contigo! -le dice Ochumélov, amenazándole, y , tras envolverse en su capote, sigue su camino por la plaza del mercado. Anton Chéjov, 1884


Marianne Moore, Poesía completa, Lumen,2010
Anton Chéjov, Cuentos completos [1880-1885] Páginas de espuma, 2013


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