

"FRANZ KAFKA. Anteayer falleció en el sanatorio Kierling, en Klosterneuburg, cerca de Viena, el doctor Kafka, un escritor alemán que residió en Praga. Fueron pocos los que aquí tuvieron la oportunidad de conocerle porque era un hombre retraído y clarividente al que atemorizaba la vida. Padeció durante muchos años una enfermedad pulmonar, y aunque se le sometió a tratamiento, la intensificó conscientemente con su desinterés espiritual.Cuando el alma y el corazón se ven incapaces de aguantar la carga, al pulmón le corresponde soportar la mitad del peso, para que así la carga quede equitativamente repartida, escribió en cierta ocasión. Pues bien, ésta es la actitud que adoptó frente a su enfermedad.Su dolencia despertó en él una sensibilidad que rayaba en lo milagroso, una sinceridad espiritual que llegaba a inspirar temor; en cambio fue un hombre que cargó sobre su enfermedad todo el peso de su miedo espiritual a la vida. Era tímido, dulce y bueno; pero los libros que escribió fueron crueles y dolorosos. Para él el mundo estaba lleno de demonios invisibles que se ensañaban y destruían a la Humanidad. Era un hombre clarividente, demasiado sabio para poder vivir, demasiado débil para querer luchar; pero su debilidad era la de los hombres nobles y rectos, que son incapaces de luchar contra el miedo, la incomprensión, la falta de amor y la hipocresía, y que, conocedores de su incapacidad, prefieren rendirse avergonzando así al vencedor.Su conocimiento de la Humanidad era de esa clase que es privilegio de los solitarios, cuyos nervios, extraordinariamente sensibles, son capaces de conocer y comprender a los demás por su simple expresión del rostro. Su conocimiento del mundo era extraordinario y profundo. Él mismo era un mundo extraordinario y profundo.Escribió los libros más significativos de la joven literatura alemana. En ellos se nos ofrecen sin partidismo las luchas de las generaciones de nuestro tiempo. Poseen una auténtica desnudez, que queda expuesta con más naturalidad aun cuando se expresa por medio de símbolos. Tienen la ironía seca y la sagacidad sensitiva del ser que supo mirar el mundo con una lucidez tan sutil, que no pudo soportar su espectáculo y tuvo que morir.Y es que Frank Kafka no quiso hacer concesiones y comportarse como los demás, que se refugian en espejismos intelectuales, a veces muy nobles, verdaderamente.El doctor Kafka escribió el ensayo Der Heizer (El fogonero), aparecido en lengua checa en Neumanns, Cerven), que plateaba el primer capítulo de una hermosa novela aún no publicada. En Das Urteil (El proceso) expone el conflicto de dos generaciones. Die Verwandlug (La metamorfosis) es el libro más fuerte de la literatura alemana moderna. Luego Die Strfkolonie (Campamento de castigo) y los ensayos Betrachtung (Contemplación) y Landartzt (Médico rural).Su última novela, Vor dem Gericht (Ante el tribunal de justicia), se halla lista desde hace años para ser publicada; es una de esas obras cuya lectura causa una impresión tan inquietante que sobra todo comentario.Sus obras se caracterizan por la expresión de un sordo terror por los secretos desconocidos y la evidente inculpabilidad de la culpa entre los hombres. Fue un artista con conciencia tan escrupulosa que supo permanecer alerta donde otros, los sordos, se sentían seguros."
Texto tomado de: Margarete Buber-Neumann, Milena, la amiga de Kafka,Ediciones G.P.