"¿Sabe usted cómo escribo yo mis cuentos? -le dijo a Korolenko, el periodista y narrador radical, cuando acababan de conocerse- Así." Echó una ojeada a la mesa -cuenta Korolenko- tomó el primer objeto que encontró, que resultó ser un cenicero, y poniéndomelo delante dijo: " Si usted quiere mañana tendrá un cuento. Se llamará El cenicero."Y en aquel mismo instante le pareció a Korolenko que aquel cenicero estaba experimentando una transformación mágica: "Ciertas situaciones indefinidas, aventuras que aún no habían hallado una forma concreta, estaban empezando a cristalizar en torno al cenicero". V.NABOKOV/"Chéjov"


"¿Has visto alguna vez un montaje realmente hermoso de, digamos, "El jardín de los cerezos"? No me digas que sí. Nadie lo ha visto. Puede que hayas visto "montajes inspirados, montajes eficaces", pero nunca algo hermoso. Nunca una versión en la cual todos los que salen al escenario estén a la altura del talento de Chéjov, matiz por matiz, carácter por carácter."-J.D.Salinger

Letras Libres: 17 enero 2020 ***Feliz cumpleaños,Anton Chéjov

martes, 16 de julio de 2013

Terraza de verano 3 / otro poco de zen





Octavio Paz une la sensibilidad del poeta y el vigor de pensamiento en   una escritura honda y brillante  que hicieron pronto de él  un clásico.En un prólogo para  Chuang-Tzu, se refiere a este personaje chino -considerado junto con Lao Tse  padre del taoísmo:
"Creo que Chuang-Tzu no sólo es un filósofo notable sino un gran poeta. Es el maestro de la paradoja y del humor, puentes colgantes entre el concepto y la iluminación sin palabras.",
la idea de la paradoja y el humor como puentes colgantes entre la gravedad del concepto y el fulgor de la iluminación...Chuang-Tzu vivió  a mediados del s.iv, a.C.,y Paz traza un apunte  magistral de las similitudes de la China de entonces, -fragmentada, inestable políticamente pero con una intensa actividad intelectual-, con las polis griegas de la época clásica y las repúblicas italianas del Renacimiento

También  contrapone el carácter utilitario y conservador de la filosofía de Confucio con el pensamiento de los poetas como Chuang-Tzu  y Lao-Tzu [Tse],  teñido de humor, imaginación  y escepticismo.Rebosante de libertad y cierto anarquismo  antisistema ,-y no sólo, si se toma  como sistema el racionalismo social de Confucio. 

Y comenta  Paz" es consolador saber que hace dos mil años, alguien predicaba lo contrario: la oscuridad, la inseguridad y la ignorancia, es decir, la sabiduría y no el conocimiento."

Se sabe cuánto valoraba Paz el pensamiento y  la cultura oriental y cómo sin conocer sus lenguas,  partiendo de versiones  inglesas y francesas acercó al mundo del español joyas de su pensamiento, literatura y  poesía. Las historias que cuenta el Chuang-Tzu de Paz, son parte de la obra del Chuang -Tzu "verdadero." :



                                                                    Sueño y realidad

Soñé que era una mariposa. Volaba en el jardín de rama en rama. Sólo tenia conciencia de mi existencia de mariposa y no la tenía de mi personalidad de hombre. Desperté. Y ahora no sé si soñaba que era una mariposa o si soy una mariposa que sueña que es Chuang-Tzu.
                                                                                  
                                                                                     
                                                                 Las leyes y los hombres

Tzu Kung, discípulo de Confucio, dijo a Lao-Tzu: "Dices que no debe haber gobierno.Pero, si no hay gobierno, ¿cómo se purificará el corazón de los hombres?". El maestro contestó:"Lo único que no debemos hacer es entrometernos en el corazón de los hombres. El hombre es como una fuente; si la tocas se enturbia; si pretendes inmovilizarla, su chorro será más alto...Puede ser tan ardiente como el fuego más ardiente; tan frío como el hielo mismo. Tan rápido que, en un cerrar de ojos, puede darle la vuelta al mundo; en reposo es como el lecho de un estanque; activo es poderoso como el cielo. Un caballo salvaje que nadie doma: eso es el hombre".

El primer entrometido fue el Emperador Amarillo, que enseñó la virtud y la benevolencia. Los sabios Yao y Shun lo siguieron; trabajaron hasta perder los pelos de las canillas y de las piernas; se rompieron el alma con incesantes actos de bondad; se exprimieron los sesos para redactar innumerables proclamas y leyes. Nada de esto mejoró a la gente.  

Yao tuvo que desterrar a Huan Tou al Monte Chung, arrojar a Sao Miao al desierto, expulsar a Kung Kung -actos que habrían sido innecesarios de haber logrado sus buenos propósitos-.Desde entonces las cosas han ido de mal en peor.El mundo soportó, al mismo tiempo, al tirano Chieh y al bandolero Chih; frente a ellos en los mismos días, al virtuoso  Tseng, discípulo de Confucio, y al incorruptible Shi Yu.

Entonces surgieron las escuelas de Confucio y Mao Tzu. De ahí en adelante, el satisfecho con su suerte desconfió del descontento y a la inversa; el inteligente menospreció al tonto y éste a aquél; los buenos castigaron a los malos y los malos se vengaron de los buenos; los charlatanes y los hombres honrados intercambiaron injurias y amenazas. La decadencia se hizo universal. Los poderes naturales del hombre se desviaron, sus facultades innatas se corrompieron. En todas partes se empezó a admirar el "conocimiento" y la gente del común se volvió lista y taimada. Nada permaneció en su estado natural.Todo tuvo que ser cortado y aserrado a un modelo fijo, dividido justo en donde la línea de tinta lo señalaba, triturado a golpe de cincel y martillo, hasta que el mundo entero se convirtió en incontables fragmentos. Caos y confusión. ¡Y  todo esto sucedió por inmiscuirnos en el alma de los hombres! 

Aquellos que se dieron cuenta de la locura de estos métodos, huyeron a las montañas y  se escondieron en cuevas inaccesibles; y los grandes señores se sentaron temblando en sus viejos palacios. Hoy, cuando los cuerpos de los ajusticiados se apilan uno sobre otro; cuando a los prisioneros , encorvados y en cadenas se les empuja en manadas; cuando los contrahechos y los mutilados tropiezan uno con otro, los seguidores de Confucio y los de Mo-Tzu no encuentran otro remedio que, a horcajadas sobre los aherrojados, levantar las mangas de sus camisas y darse de pescozones. Semejante impudicia es increíble. Casi podría afirmar que santidad y sabiduría han sido el cerrojo y la llave de los grillos que aprisionan al hombre; virtud y benevolencia, las cadenas y cepos los inmovilizan. Sí, casi podría creerse que los virtuosos Tseng y Shi fueron las flechas silbantes  que anunciaron la llegada del tirano Chieh y del bandido Chih.

Cuando Po-Chu visitó el país de Chi, vio el cuerpo de un malhechor descuartizado. Al punto se despojó de su manto de corte y cubrió los pobres miembros destrozados como si envolviese a un niño en pañales. Y mientras hacía esto, gritaba y se lamentaba: "No creas que tú solo sufres esta desgracia. No sólo te pasa a ti esta terrible desdicha. Nos pasa a todos, aunque a ti te ha herido antes. Tus jueces dicen: no robarás, no matarás; y esas mismas almas virtuosas , al premiar y elevar a unos cuantos, hunden al resto en la ignominia. La desigualdad que crea sus leyes engendra la ira y el rencor. Ellos, que amontonan riquezas, honores y méritos, siembran la semilla de la envidia.El corazón turbio por odio y envidia, el cuerpo cansado por el trabajo sin tregua, el espíritu henchido de irrealizables deseos, ¿cómo escandalizarnos de que todos terminen como tú?".



Octavio Paz, Chuang-Tzu, Siruela.

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